En la parte anterior de este artículo, hemos hablado solo de una parte de las habilidades de liderazgo que todo buen gerente superior debería tener. Esta parte va a discutir rasgos de carácter como un buen sentido del humor, curiosidad y la habilidad de negociar y delegar autoridad. Comencemos.
La habilidad de negociar
Al principio, parece que no hay nada difícil en negociar y llevar a cabo conversaciones de negocios. Las personas se reúnen, charlan, beben café, presumen y firman montones de papeles. Así es como un empleado promedio celoso ve una negociación típica. Pocas personas saben que llevar a cabo negociaciones es una de las principales habilidades de liderazgo. Los problemas más importantes se discuten, se firman acuerdos multimillonarios y se toman decisiones cruciales durante estas conversaciones y reuniones de negocios. Por eso nunca se debe subestimar el valor de las habilidades adecuadas de negociación. Por cierto, hay una gran cantidad de libros sobre el tema, con reuniones anuales y mensuales y sesiones de capacitación dedicadas a esta importante habilidad. No dudes en asistir a estas reuniones y leer un par de libros sobre el tema. Entonces, incluso la negociación más exigente y frenética irá tan suave como mantequilla.
Curiosidad
La curiosidad es otro importante rasgo de liderazgo de un jefe profesional. Si deseas que tu empresa crezca, debes ser curioso en el sentido positivo de la palabra. No decimos que debas estar interesado en las vidas personales de tus empleados, ser curioso sobre quién sale con quién y dónde alguien pasó sus vacaciones. Hablamos de otro tipo de curiosidad, incluso inquisitiva. Es importante que cuando te conviertas en director, no pierdas tu chispa y curiosidad, estés interesado en aprender sobre nuevas tecnologías en tu industria, asistir a conferencias, intercambiar experiencias con colegas y avanzar.
La habilidad de delegar autoridad
Cuando trabajas en un puesto común, te acostumbras a hacer todas las tareas por ti mismo. Si deseas convertirte en el jefe de una empresa y aprender a gestionar personal de manera efectiva, debes aprender a delegar autoridad. No solo te ahorrará tiempo, sino que también te permitirá ajustar el flujo de trabajo de la empresa, ya que todos los empleados tendrán algo que hacer y se sentirán valorados y necesarios. Muchas personas temen tener que distribuir tareas entre empleados o dar asignaciones importantes a uno de ellos. Entiende que si haces esto correctamente, un departamento o negocio que diriges funcionará como un mecanismo singular.
La habilidad de establecer metas y alcanzarlas
Cualquier director experimentado sabe que uno debe formular correctamente las asignaciones y seguirlas hasta el final. Si diriges un negocio sin rumbo y tomas decisiones ilógicas de manera caótica, nada bueno resultará de ello. Un director con grandes habilidades de liderazgo debe ser equilibrado, calmado y capaz de formular claramente sus propias metas y las de la empresa. Entonces los empleados lo verán como un líder y también se esforzarán por alcanzar el objetivo común. Los objetivos deben ser comprensibles, claros y formulados adecuadamente. Por ejemplo, el objetivo de convertirse en el mejor de nuestra industria suena vago. También es incierto por qué las personas deberían esforzarse por alcanzarlo. Si estableces una meta para tus empleados que suene algo así como En el próximo año, nuestros ingresos deberían duplicar los del año anterior, ellos entenderán lo que tienen que hacer y se esforzarán hacia el resultado contemplado. Sin embargo, cuando establezcas un objetivo financiero para tus empleados, no olvides recompensarlos una vez que se logre.
Un buen sentido del humor
Un sentido del humor es otro valioso rasgo de liderazgo que caracteriza a un jefe exitoso. Sin embargo, este rasgo tiene una peculiaridad: no puedes aprenderlo. O naces con un buen sentido del humor o no. En una nota más seria, nos gustaría señalar que encontrar un director de empresa con un buen sentido del humor es una rareza. Eres muy afortunado si, además de todas las cualidades mencionadas anteriormente, también eres capaz de hacer chistes inteligentes y entender los chistes contados por otras personas. Debemos admitir que un sentido del humor nos ayuda en las situaciones más complicadas y aparentemente irresolubles, a las cuales inevitablemente te enfrentarás, a pesar del cargo que ocupes.
Una perspectiva positiva de la vida
Vivir en el mundo moderno hace que sea difícil mantener una perspectiva positiva sobre la vida y el mundo en general. Si deseas convertirte en un director de empresa verdaderamente exitoso, absolutamente debes mirar las cosas de la manera más positiva posible. Tienes que entender que eres el jefe de una empresa y tu estado de ánimo, opinión o visión de la vida influyen en el estado de ánimo de todos tus empleados. Cada vez que llegas al trabajo, imagina que eres el capitán de un gran barco. Si emanas negatividad, te volverás tenso e irritado, tu barco se hundirá o todos los marineros e ingenieros jefes huirán mientras te quedas solo en el rugiente mar de negocios. Si no quieres que esto suceda, intenta encontrar la felicidad en las pequeñas cosas y ver lo mejor del mundo y de tu trabajo.
Habilidades de inspiración
Hemos dejado para el final la principal habilidad de liderazgo, sin la cual no tiene sentido aceptar trabajar en un puesto superior. Si no te sientes inspirado por el trabajo al que has dedicado tu vida diaria, no podrás inspirar a los empleados hacia nuevas victorias. Cualquier director de primer nivel debe saber cómo inspirar a las personas, darles esperanza, motivarlas y explorar su potencial. Esta habilidad se puede dominar fácilmente si realmente estás enamorado de tu trabajo o si te apasiona tu negocio. Si tú mismo no te sientes inspirado, es difícil fomentar el sentimiento opuesto en otra persona. Por eso aconsejamos encontrar un trabajo que ames o uno que te irrite menos y te aporte buenos ingresos.
Si logras dominar todas estas habilidades, el camino hacia un ascenso será fácil. Esfuérzate, aprende, atrévete y mejora siempre a ti mismo.